Fecha de hoy23 noviembre, 2024

Estudio demuestra que el alcohol y el tabaco causan daño cardiovascular precoz a los adolescentes

El consumo entre adolescentes de alcohol y tabaco, incluso en pequeñas cantidades, se asocia con un aumento de la rigidez arterial, un biomarcador que puede mejorar la predicción del riesgo cardiovascular. Así se desprende del estudio Alspac publicado por la Sociedad Europea de Cardiología en European Heart Journal.

“Los resultados de Alspac son importantes debido a la gran frecuencia de consumo de estas sustancias en este grupo de población”, ha explicado Vicente Arrarte, presidente de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

A lo largo de 2016, 1.160.200 estudiantes declararon haber consumido alcohol, y un total de 534.900 aseguraron haber consumido tabaco. “Según los datos del estudio Alspac, todos estos jóvenes, cuando sean mayores, tendrán más predisposición a padecer una enfermedad cardiovascular”, ha añadido Arrarte.

El estudio se llevó a cabo mediante cuestionarios en los que se analizó el consumo de alcohol y tabaco a los 13, 15 y 17 años de edad en 1.266 participantes, de los cuales 425 eran hombres y 841, mujeres.

Los fumadores adolescentes analizados en el ensayo percibieron un aumento en su velocidad de la onda del pulso carótido – femoral (OVP)  en comparación con los no fumadores. “Esta medida es la que se utiliza para estudiar el daño arterial y la rigidez de los vasos, por lo que resulta un marcador que nos aporta información sobre la posibilidad de desarrollar enfermedad arterial de manera más precoz en comparación con el grupo no fumador”.

Los fumadores activos, tanto los de mayor intensidad como los de menor, presentaron mayor OVP en comparación con los no fumadores. “Uno de los puntos más significativos de este registro es que los que dejaron de fumar durante el seguimiento recuperaron su salud arterial”.

En el estudio Alspac se aprecia, además, un efecto sumatorio de la cantidad de cigarrillos fumados y la intensidad de consumo de alcohol, por lo que los muy fumadores que también eran grandes bebedores tenían una OVP más alta en comparación con los que nunca habían fumado, y versus los bebedores de bajo consumo.

Fuente: Diario Médico / Salud y Medicina

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