El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se dieron un histórico apretón de manos al inicio de su cumbre en Singapur, la primera de la historia entre ambas naciones.
Trump entró por la derecha y Kim por la izquierda a un patio del hotel Capella en la isla de Sentosa, y se estrecharon la mano sobre una alfombra roja y frente a una decena de banderas de Estados Unidos y Corea del Norte.
El presidente estadounidense dirigió unas pocas palabras al líder norcoreano y le tocó levemente el brazo derecho, mientras Kim le dijo: “encantado de conocerle señor presidente”.
Ambos posaron ante las cámaras con el rostro serio y no sonrieron hasta justo antes de entrar en la sala donde mantienen su primer encuentro.
La reunión a solas irá seguida de un encuentro de trabajo con sus respectivas delegaciones y un almuerzo.
La reunión, cuyo objetivo es tratar la posible desnuclearización de Pyongyang, es la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra de Corea (1950-1953) y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.
Después de barajarse destinos como Mongolia e incluso la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas, y que, pese a su nombre, es una de las fronteras más militarizadas del mundo, Corea del Norte y Estados Unidos decidieron reunirse en Singapur.
El pequeño y moderno país, situado en el sudeste asiático y considerado uno de los “tigres” económicos de la región, es una nación con la que tanto Estados Unidos como Corea del Norte tienen buenas relaciones y, por lo tanto, es un espacio neutral y seguro.
con información de EFE
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